Tengo la sensación de que este nuevo año va a venir cargado de felicidad para nosotros y eso me hace tener el alma llena de alegría y de esperanza.
La palabra esperanza hoy en día está casi casi olvidada por las circunstancias sociales y económicas,por suerte,nosotros hemos conseguido pasar esas circunstancias y somos afortunados,al menos así nos sentimos,a pesar de no tener el control en otras áreas de nuestra vida,pero eso a día de hoy no importa.Estamos llenos de esperanza.
Tenemos salud,amor y trabajo...¿qué más se le puede pedir a la vida?
Nuestro plan B sigue su curso,lentamente como rio que baja por la ladera de una montaña,silencioso y frio en la superficie pero cargado del calor que se impregna en todo lo que vemos gracias a los sentimientos,los deseos.
Puedo parecer de nieve por fuera pero ver tan cerca el momento-aunque sólo está cerca por mi escala de medir el tiempo-hace que mis nervios hayan resucitado esas mariposas en el estómago que se quedaron aletargadas un frio invierno años atrás,cuando supimos que el gran grupo A cerraba sus puertas para nosotros.
A día de hoy estoy agradecida por haber tenido la oportunidad de andar un camino angosto y oscuro,pero al fin y al cabo el nuestro, y hemos aprendido a iluminar esa oscuridad con el latido de nuestros corazones cargados una vez más de esperanza.