26/8/12

Y llegó el momento

Llevaba esperando el momento que viví ayer desde hace 11 meses.

De una manera inesperada,me miraste fijamente con esa sonrisa pícara y poniendo tu mano enorme y gordita en mi hombro dijiste sin prisa pero sin pausa las dos sílabas más maravillosas que jamás la lengua de Cervantes haya unido.

Fue un momento que no olvidaré jamás,puesto que por primera vez me llamaste por mi nombre,mamá.

Con una ejecución perfecta,con su acento bien colocado y con una simplicidad que hacía parecer que llevaras toda tu vida diciendo esa palabra.

Tres veces lo dijiste...y hasta la próxima vez.

Lo bueno es que la espera esta vez no será de otros 11 meses.
Por momentos como este merecen la pena todos los malos momentos que hemos pasado.

Pasa el tiempo...evolucionan los miedos...

Sigo recorriendo el camino,y no sé por cuento tiempo más tendré que hacerlo y no puedo negar que estoy ya cansada.Se me empieza a hacer largo el sendero que nos lleva a convertirnos totalmente en una familia.

Tampoco puedo negar que me juré aquel primer día que llegaría hasta donde hiciera falta para que tú fueras uno más en casa,nuestro y nosotros tuyos,sin condiciones.Y así lo haré.

Empecé julio recibiendo una mala noticia,no era mala en realidad pero para mi lo fue porque pensé sin miedo a equivocarme que mi generosidad de madre sería también la suya,pero olvidé que ella ya no lo era y nunca lo fue en realidad.

Ni tu sonrisa brillante que iluminaría la más oscura cueva fue capaz de sacarme de la tristeza que embargaba mi corazón por pensar en el futuro incierto que tenías delante.Lo que más me dolía es la impotencia de no poder hacer nada por ayudarte,no ser capaz de protegerte ni proteger tu historia...

Al sentir de nuevo el miedo empecé a recordar todos los momentos a lo largo del camino en los que lo he sentido...miedos diferentes pero al fin y al cabo miedos.

Cuando empezamos a pensar en tí tenía miedo de no llegar jamas a conocerte,no ser capaz de cumplir este sueño.Poco a poco comprendí que con paciencia y mucha entereza viviríamos el día más feliz de nuestra vida al conocerte.

Cuando estabas a punto de llegar tenía miedo de que algo cambiara y te impidiera encontrarnos.Poco a poco comprendí que la suerte y todas las fuerzas del universo estaban empujándonos hacia el 21 de septiembre y que tenía que ser así.

Cuando ya eras real y no te conocía aún,pasé 45 minutos de tren sintiendo miedo sin saber a que temer.Miedo por no estar preparada,miedo a no saber hacerte feliz,a no darte lo que necesitabas.
Poco a poco me di cuenta de que mi miedo era preocupación de madre que me acompañará siempre.Afortunadamente sé por tu felicidad que te hago feliz.

Cuando ya estabas en casa tenía miedo a que alguien reconociera en tí al niño que fuiste y no a mi hijo.
No me preguntes porqué,supongo que aún no tenía la capacidad de sentirte tan mío como te siento hoy.Poco a poco me di cuenta de que aunque es difícil no puedo vivir pensando en ello y que si el momento llega tendré que reaccionar utilizando el corazón,para este tipo de cosas nadie está preparado.

Ahora,rozando el 1º aniversario de tu llegada,tengo miedo,una vez más...como si fuera la primera vez,tengo miedo a que la justicia no te proteja y yo no pueda hacer nada.Miedo a que tú empieces a escuchar prematuramente información que no vas a saber comprender y yo no te la pueda explicar.

Mi miedo ahora se llena de rabia cuando pienso en lo mucho que te quiero y lo poco que quiero que algo empañe tu preciosa sonrisa llena de alegría.
Poco a poco me doy cuenta de que pase lo que pase los que te quieren por lo que eres te querrán siempre y los que sólo tengan curiosidad por saber lo que no va a saber nadie más que tú querrán saberlo siempre y no pensarán en tí como lo que eres,nuestro hijo,mi hijo del alma.

Te quiero tanto hijo del alma que tengo miedo de todo y nada me da miedo.