Ya hace semanas que la "máquina" empezó a moverse y no puedo estar más feliz.
Todo comenzó como lo hizo tres años atrás.
Mi sueño ruso llamó a las puertas de la actualización,un 23 de Diciembre,y sin dudarlo,a pesar de ser un sueño en blanco y negro,guardado en el rincón más oscuro del congelador,contestamos a esa carta que me supo a regalo adelantado de navidad.
Las cosas no fueron fáciles,nunca lo fueron en realidad.
Mi sueño,nuestro sueño,es algo singular hecho plural pero no popular y por ello hay que abrir la mente para verlo.Lo importante es que estábamos convencidos de que saldría todo adelante,no sabíamos cómo,y la intuición una vez más no nos falló.
Volviendo a casa de obtener oficiosamente una prorroga un 28 de febrero-curiosa fecha-los teléfonos empezaron a sonar,los mensajes empezaron a llegar y fue entonces cuando mi intuición no me falló.
Yo lo sabía,pero no lo quise decir en voz alta hasta que a las 12 y media mi teléfono sonó.
La voz al otro lado del hilo ni sabía que yo ya lo sabía,ni sabía que marcaba el inicio de una cuenta atrás,bueno,tal vez esto último sí lo sabía.
Ahora hemos pasado la puerta,ya estamos dentro,ya se acabó la espera pasiva y ha comenzado la activa.
Cada día un día menos,cada día un día más cerca,cada día una hoja que cae de un calendario gordito que acabará muriendo de inanición el día que mi teléfono suene y no tenga palabras para contestar.
Ahora,de nuevo,espera.
Y no paro de pensar en lo relativo que es el tiempo.
Casi no recuerdo dónde estaba hace un año,pero no paro de pensar en cómo hacer pasar el próximo año lo más rápido posible.
Dos años de espera han caído como el muro de un castillo de arena barrido por las olas pero los diez días hábiles que me separan de volver a ver movimiento se me hacen inaguantables,inexpugnables...
Mi refrán sobre el tiempo de hoy;
No por mucho madrugar amanece más temprano.