Al límite de pasar del tiempo que dura un embarazo me planteo muchas cosas que sólo surgen cuando uno se acerca al verdadero final del camino.
Hace 9 meses y 30 días llegaste a nosotros. Antes eras sólo un silencio ensordecedor que envolvía a una gran incógnita con dos piernas y dos brazos.
De repente ese silencio casi dañino, se rompió y allí estabas tú,con tus dos piernas y tus dos brazos,tu pasado y tu presente,tus gestos,tus ruidos y tu alegría.
Diste color a nuestra vida que nos parecía de colores y comprobamos que era gris cuando llegaste tú.
Si miramos la otra parte de la historia,ella te sintió durante 9 meses(un poco menos,te pudo la impaciencia) y de repente sin previo aviso rompiste tu silencio con un llanto y comenzaste el suyo que dejó de sentirte y de escucharte.
Un silencio que ya lleva soportando más de 9 meses.
Desde ese primer día,ahora tan lejano,has llenado nuestras vidas de ruido,agradables,desagradables,esperados o a deshora,y nos da igual,nos encantan todos.
Mi favorito es el que dice mamá cuando tienes sueño,o tienes miedo...me vuelve loca oirte decir de vez en cuando esas cuatro letras mágicas que hacen que mi corazón lata con más fuerza aún.
Tu ruido es tan adictivo que has conseguido que olvide como era antes de tu llegada.
Muchas noches me fui a dormir pidiendo al cielo que llegaras lo antes posible,que te esperábamos con muchísimas ganas.
Ahora,cada noche me voy a dormir con una sonrisa y solo puedo dar gracias al cielo por tenerte y por saber que cerca de las 8 de la mañana siguiente tú,mi sueño,volverás a hacerte realidad sacando más sonrisas de mi alma con una sola de tus palabras.
Y así llevo nueve meses...